En el Capítulo quinto del Curso de Educación Financiera #Finlit hemos visto que la educación financiera descansa sobre 6 principios básicos de economía familiar. Hablamos, por ejemplo del «Págate a ti mismo primero«, de la «Teoría de la responsabilidad decreciente» o de la «Regla del 72«. Pero esos principios que hay que conocer cuanto antes sea posible en la vida, se pueden llevar a la práctica sólo si somos capaces de accionar cinco palancas de educación financiera.
Estas palancas son los ingresos, el ahorro, los gastos, la inversión y el endeudamiento.
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Palancas de educación financiera
Mira esta foto de abajo. Es el interior de la cabina de un tractor moderno. En concreto un tractor Valtra T4. Si, como a mí, te dijeran, ponlo en marcha y anda, no sabrías cómo hacerlo. Tanto mando, tantas palancas a izquierda y derecha. Y el agricultor experimentado diría para sus adentros, gorra en mano y rascando su frente blanquecina,
¡Cómo son los de ciudad! No tienen ni idea».
Fíjate que es solo un tractor, pero su cabina asusta. ¿Qué se necesita para manejar un tractor como este? Aprendizaje y rodaje. Y saber en qué orden tocar cada palanca.
Pues en la educación financiera pasa lo mismo con las cinco palancas que hemos citado. Veamos ahora las características principales de los ingresos, el ahorro, los gastos, la inversión y el endeudamiento.
Palancas relacionadas entre sí
Las cinco palancas están íntimamente relacionadas entre sí. No pueden accionarse sin impactar sobre las demás. Veámoslo con ejemplos.
- Si gasto todo lo que ingreso, difícilmente podré ahorrar. ¿Correcto?
- Si tengo más gastos que ingresos, deberé recurrir al endeudamiento. ¿Correcto?
- Si invierto mis ahorros con inteligencia, podré generar nuevos ingresos «pasivos». ¿Correcto?
- Si me endeudo razonablemente y soy capaz de devolver mi deuda, puedo comprar una vivienda. ¿Correcto?
- Si me endeudo por encima de mis posibilidades de devolver mis compromisos, tendré un problema financiero. ¿Verdad?
Palancas secuenciales
Otra característica es que son palancas secuenciales. Sólo habiendo afianzado la primera, podré plantearme alcanzar la segunda. Y así sucesivamente. Por ejemplo, para poder ahorrar dinero, gastarlo, invertirlo o endeudarme, tengo que haber afianzado primero unos ingresos estables.
El éxito o fracaso financiero los decides tú
En la vida adulta nadie decide por ti. Si eres pobre, en tu hambre «mandas tú» parafraseando a Madariaga. Es verdad que el Estado te ofrecerá ayudas, subvenciones, renta mínima vital, etc. Pero el Gobierno de turno no moverá tu tractor. Mira estas ayudas como combustible, Pero serás tú quien tenga que sentarse en la cabina y comenzar a accionar sus (tus) palancas financieras para vivir.
Dicho de otra manera, sabiendo en la vida cómo, cuándo y cuánto mover las anteriores palancas, y haciéndolo con inteligencia, podrás alcanzar el sueño de la educación financiera, que es, llegar a una situación de suficiencia financiera mucho antes que cuando te llegue la edad de jubilación.
Si te equivocas, desgraciadamente no podrás avanzar por las fases de la educación financiera:
pobreza > ahorro > inversión > protección
y desembocar en la citada suficiencia financiera.
Las cinco palancas en detalle
Y ahora sepamos un poco más de cada una de estas palancas:
Los ingresos
Los ingresos son las rentas que obtenemos por nuestro trabajo, por clases que damos, o recados que hacemos. O por el dinero que tenemos invertido en un depósito bancario, en fondos de inversión, etc. A la suma de todos nuestros ingresos netos de tu hogar, se le conoce como renta disponible.
Los ingresos pueden venir según Robert Kiyosaki, básicamente de tres fuentes de actividad en la vida (herencias de una tía-abuela lejana, loterías y juegos de azar aparte):
- rentas de la actividad profesional (por cuenta ajena o por cuenta propia o como empresario);
- rentas de inversiones (fondos de inversión, PIAS, CIALP, SIALP, etc.);
- ingresos pasivos de activos como viviendas alquiladas, páginas web que dan dinero, tienda online que vende lo que yo sé hacer, etc.
De ellos, como veremos, los primeros requieren tiempo. Y solo con ellos nunca lograrás salir de la «carrera de ratas» de la que habla Kiyosaki en su «Padre rico, padre pobre»: trabajas para conseguir dinero con el que comprar cosas y cuando te quedas sin dinero debes volver a ponerte a trabajar.
En definitiva, depender solo del esfuerzo de tu trabajo en la vida, te mete en una rueda para roedores de la que es muy difícil salir. Si te fijas, esta rueda representa la vida de quienes no logran ahorrar en la vida. El ahorro bien aprovechado es el que te hace salir de la carrera de ratas.
El ahorro
El ahorro es la parte de nuestra renta disponible cada mes que no gastamos. Me dirás que con los salarios basura que cobramos en la actualidad en España, sobre todo los más jóvenes, es muy difícil ahorrar.
Pero el ahorro está muy relacionado con nuestra forma de gastar. Si gastamos más de lo que ingresamos, obviamente no ahorraremos, así lo que mejor que podemos hacer para ahorrar es “pagarnos a nosotros mismos primero”, antes de pagar todas las facturas cada mes.
Además, por el principio del poder del interés compuesto, una pequeña suma ahorrada cada mes comenzando a los 25 o 30 años, te puede deparar una millonada a 20 o 30 años, casi sin darte cuenta.
Los gastos
Los gastos son los compromisos a los que tenemos que hacer frente cada mes para mantener nuestra calidad de vida. Dentro de los gastos de la familia los hay de muchos tipos: gastos imprescindibles, gastos prescindibles, gastos extraordinarios y gastos inesperados.
La educación financiera te enseña a clasificar tus gastos en estas categorías y priorizar unos sobre otros. Es lo que se llama planificación financiera. Si no haces esto y gastas conforme se te antoja en la vida nunca podrás ahorrar.
Inversión
La inversión es la parte de nuestros ahorros que metemos en productos financieros a corto, medio o largo plazo u otras cosas (vivienda, obras de arte, etc.).
Otra parte de nuestros ahorros deberíamos mantenerla en nuestra cuenta corriente sin más utilidad que atender los gastos del mes y al fondo de emergencia.
Endeudamiento
El endeudamiento es el recurso al dinero de otros para adquirir cosas (créditos, préstamos al consumo y préstamos hipotecarios). Cuando decimos otros, hablamos de bancos generalmente, y es bueno hacerlo porque entre ellos hay competencia y se pueden hacer comparaciones para elegir bien cómo y con quién nos endeudamos.
Bien gestionado, el endeudamiento nos permite “apalancarnos” y poder comprar bienes a largo plazo que no podríamos afrontar sin esa ayuda.
El problema con el endeudamiento surge cuando no se dispone de ingresos estables, y aunque sea para mantener un mínimo de dignidad, tenemos que recurrir al endeudamiento de terceros de forma informal. Cuando los bancos, que son muy exigentes con la solvencia de sus clientes, nos excluyen de sus préstamos, no queda más remedio que recurrir a los carísimos micro-préstamos.
El endeudamiento irresponsable, nos lleva a un callejón sin salida, la morosidad, las listas de morosos, la expropiación de lo poco que tengamos a nuestro nombre y la exclusión y pobreza.
En el siguiente Capítulo de este Curso de Educación Financiera #Finlit pasaremos a la acción fijando tus objetivos personales y estudiando cómo alcanzarlos financieramente.
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