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Infidelidad financiera
La vida en pareja, una vez que se estabiliza en la forma de un hogar y tal vez unos hijos, implica una serie de responsabilidades. Una de ellas es la fidelidad, entendida como «firmeza y constancia en los afectos, ideas y obligaciones, y en el cumplimiento de los compromisos establecidos».
Si la infidelidad en los afectos da lugar a la «infidelidad» en su sentido más extendido, la infidelidad financiera es la que tiene que ver con el ocultamiento consciente al otro de nuestra estrategia de accionamiento de las cinco palancas financieras (ingresos, gastos, ahorro, inversión y endeudamiento) en la vida en común.
Definición de infidelidad financiera
La infidelidad financiera es aquella situación en la que un miembro de la pareja oculta al otro información básica sobre sus actividades financieras con grave perjuicio por acción u omisión.
Ojo, porque una cosa es la infidelidad financiera y otra bien distinta la asimetría o negligencia en el nivel de información financiera en un hogar en favor de uno de sus miembros. En ese caso no hay un deseo de ocultamiento de información sobre ingresos, gastos o inversiones sino simplemente una confianza ciega en «el otro/a» de los asuntos de dinero del hogar.
Ambas situaciones pueden llevar al desastre económico de un hogar, pero en el caso de la infidelidad financiera, hay intencionalidad, mala fe y un deseo de ocultación de una conducta económica con incidencia en la economía familiar. Es decir, una especie de «vicios ocultos» financieros de la pareja.
Vamos a tomar del derecho civil este concepto de los vicios ocultos cuando compras algo, y verás qué fácil se entiende la infidelidad financiera.
Ejemplos de infidelidad financiera
Son ejemplos de este engaño económico a tu pareja cualquier ocultación sobre:
- ingresos extraordinarios que se hayan obtenido. En este caso, sobre todo en un régimen económico de separación de bienes donde hay una cuenta en común, ocultar a tu pareja ingresos extraordinarios sin revisar la cuota de aportación a la cuenta común es un manifiesto engaño.
- gastos extraordinarios desaprobados por la otra parte. Tener cualquier «vicio», desde una adicción (alcohol, drogas, etc.), un hobby malsano que nos hace coleccionar o gastar en vehículos, equipamiento, o una infidelidad matrimonial, por ejemplo. También entraría aquí esconder recibos y facturas,
- no ahorrar lo que se dice que se hace: hay personas que desvían inversiones en productos de ahorro a largo plazo para gastos a corto plazo, engañando a su pareja.
- eludir impuestos poniendo productos financieros a nombre de la pareja.
- incurrir en un endeudamiento malsano por culpa de una adicción como drogas, alcohol o juego, silenciando la naturaleza del
En cualquiera de estos casos, la pareja engañada se sentirá tan defraudada que, de haberlo sabido antes, tal vez nunca hubiera dado su «sí quiero». Esto me recuerda mucho a los vicios ocultos cuando compramos una casa o un coche. Y por eso me permito por analogía hablar de «vicios ocultos de la pareja» cuando se descubre una infidelidad financiera.
Vicio oculto de la pareja
La infidelidad financiera es un vicio oculto de la vida en pareja. A mi modo de ver, que llevo muchos años estudiando el derecho del Consumo, aquí viene al pelo la definición que de vicios ocultos hace el artículo 1.484 del Código Civil:
Dice así el artículo 1.484 (cámbiese «vendedor» por «infiel financiero» y la «cosa vendida» por la «sociedad económica que es un proyecto en pareja»:
El vendedor estará obligado al saneamiento por los defectos ocultos que tuviere la cosa vendida, si la hacen impropia para el uso a que se la destina, o si disminuyen de tal modo este uso que, de haberlos conocido el comprador, no la habría adquirido o habría dado menos precio por ella; pero no será responsable de los defectos manifiestos o que estuvieren a la vista, ni tampoco de los que no lo estén, si el comprador es un perito que, por razón de su oficio o profesión, debía fácilmente conocerlos.
Requisitos para que se dé infidelidad financiera
Cuando se produzca una infidelidad financiera, se pueden dar los siguientes requisitos:
Debe haber un vicio oculto
Es decir, se descubre un engaño financiero que no estaba a la vista y no era cognoscible por la otra persona teniendo en cuenta su nivel de conocimientos financieros.
La argucia financiera (exceso de gastos, endeudamiento, ocultación de ingresos) no era evidente ni manifiesta a simple vista (salvo que por razón de su profesión u oficio, el cónyuge los pudiera conocer).
El vicio debe ser grave
Cada cual tendrá su nivel de aceptación particular. Una infidelidad financiera es grave si es de tal magnitud que pone en peligro la estabilidad económica de un hogar, de tal forma que no sea posible continuar conviviendo sin riesgo económico. O se disminuya tanto su estabilidad que la pareja engañada no habría decidido iniciar un hogar.
El vicio puede ser preexistente a la pareja o no
El engaño podría venir de «serie» y el engaño estuvo siempre allí. O haber sido adquirido una vez embarcados en una sociedad económica la pareja.
El infiel tiene la carga de la prueba
Es el cónyuge infiel quien deberá probar que no hubo un ánimo de defraudar. Y que no ocultó a la otra parte información financiera sobre ingresos, gastos, ahorros, inversiones o endeudamientos desconocidos.
Consecuencias de la infidelidad financiera
La principal consecuencia de un engaño económico a la pareja es la ruptura de la confianza.
Ante una infidelidad financiera, al cónyuge engañado no le queda más remedio que romper el vínculo y proceder a un divorcio o separación matrimonial, o alinearse con el defraudador, con todas sus consecuencias. En un término medio, parece que ha surgido la figura del terapeuta financiero, una especie de psicólogo que ayuda a las personas con dificultades en su relación con el dinero a ser transparentes y aceptar su situación problemática.
Pero lo mejor siempre es prevenir. Y hablar de dinero en pareja la solución. Cuando se habla de ingresos y gastos sin tapujos, se expresan preferencias y formas de pensar y adoptar el dinero. Una pareja es una sociedad económica que debe estar alineada sobre sus metas y objetivos a cualquier plazo.
Juan del Real Martín
Soy economista por la Universidad Complutense de Madrid, especialización Finanzas. He alcanzado la independencia financiera y me gustaría ayudar a los demás a entender mejor los asuntos de dinero y a tomar las decisiones adecuadas en cada momento de la vida. La educación financiera es básica para que puedas lograrlo tú también.
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