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Hijos y finanzas personales
Tener hijos en pareja o por una misma es una de las grandes decisiones que más marcan la vida de todas las personas. Tomar la decisión de tener un hijo obliga a hacer un ejercicio de responsabilidad a largo plazo: desde el punto de vista financiero, un hijo es una responsabilidad futura a largo plazo, una obligación. Un hijo, desde que se gesta, está demandando una serie de recursos económicos que conviene presupuestar por adelantado. Veamos más sobre hijos y finanzas personales.
Veamos los básicos que hay que conocer antes de decidirse por la paternidad/maternidad, una vez que la pareja se embarca en la aventura y cuando el recién-nacido se incorpora a la familia para quedarse muuuuchos años.
Tener o no tener un hijo
Tener o no tener un hijo, lo primero, es una decisión de pareja (o de uno, en las familias monoparentales). Las dos partes deben estar seguras de querer, desde el primer momento, renunciar a su tiempo libre, a su libertad para decidir, a sus recursos financieros y comprometerse en adelante en el mantenimiento y la educación de los mismos que exige la patria potestad.
Embarazo y finanzas personales
El embarazo tiene un fuerte impacto en las finanzas personales que conviene anticipar.
Durante los nueve meses que suele durar un embarazo, es el momento de prepararse financieramente para grandes cambios en la estructura del presupuesto familiar. La primera tarea a tener clara, probablemente antes del propio embarazo, es dónde se quiere realizar el embarazo y el parto: hospital público (el que nos corresponda de la Seguridad Social), o en un hospital privado.
Pero después seguirán una serie de gastos preparatorios para la salida del hospital con la criatura en brazos. Otra de las partidas del presupuesto que deberás tener en cuenta es la compra de todos los muebles y enseres que el bebé necesitará.
Parto y llegada del hijo a casa
El parto marca el final de una forma de hacer finanzas personales, que durante el embarazo ya empezó a tener consecuencias sobre el presupuesto familiar como hemos visto.
Con la venida de tu hijo al mundo, pasas de gestionar un presupuesto para dos personas, la pareja, a dar comienzo al presupuesto familiar como tarea urgente. El hijo recién nacido, en muchos sentidos, y por su especial fragilidad, pasa a ser prioritario y cualquier cuidado es poco. Todo esto impacta en el presupuesto de dos maneras: nuevas partidas de gasto antes desconocidas y reorganización de las partidas anteriores para alcanzar el mismo punto de equilibrio entre ingresos y gastos de antes.
Cuánto puedo ahorrar con mi bebé
Cuando el bebé ya está a punto de llegar o aún no lo ha hecho, pero os habéis decidido a ir equipando vuestro hogar con lo necesario para él, es el momento de hacerse la pregunta de oro: ¿compro nuevo o de segunda mano? Hay formas de ahorrar con tu bebé.
Para ayudarte a tomar tu decisión aquí te haré algunas consideraciones. Empieza por entender lo que necesitarás tener. Ojo, que no he puesto “comprar”, sino tener a mano. Después haz un estudio de mercado para conocer el precio de esos artículos nuevos en cualquier comercio como El Corte Inglés, Carrefour, en comercios especializados como Bebitus o Mundobebés, o si eres de Amazon, en Amazon.es. También puedes ir directamente a Google Shopping donde obtendrás comparativas. Finalmente, te recomiendo mirar los mismos artículos en webs de segunda mano como Vibbo o Wallapop.
Conceptos clave
Las lecciones a aprender cuando hablamos de hijos y finanzas personales son:
- Tener un hijo es un acto libre y personal que requiere de una gran madurez y de planificación financiera a largo plazo.
- Un hijo nos obligará a ser más rigurosos en la gestión del presupuesto familiar, y a trabajar más tiempo y con mayor intensidad.
- En el embarazo y parto se debe hacer frente a grandes desembolsos preparatorios de la llegada de una nueva persona a la familia.
- La educación financiera de tu hijo es el mejor regalo que le puedes hacer.
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