Los españoles nos ponemos a vivir en pareja cada vez más tarde, llevados por la dificultad de tener autonomía financiera debido al altísimo paro juvenil reinante. Los más afortunados, a partir de los 30 años, viven en pareja y, si tienen la suerte de juntar un par de sueldos decentes, pueden comenzar a plantearse ahorrar para dar la entrada de un piso (mientras tanto vivirán de alquiler, en urbanizaciones alejadas del centro de la ciudad), comprar uno o dos coches, amueblar su casa y viajar.
Sin comentarios